Como alguno de vosotros sabréis tras haber leido el último post, el pasado sábado 22 tenía previsto impartir un par de cursos de crochet. Sin embargo, no se consiguió formar grupo, por lo que se posponen hasta después de verano (cuando espero que la bajada de temperaturas haga más atractivo lo de pasar un rato entre lanas).
La cuestión es que con este cambio de planes, y sin demasiadas ganas de piscineo, surgió el plan ideal para la tarde del sábado: realizar un taller de carvado de sellos.
El taller lo impartía Merche en Black Oveja (una tienda llena de tentaciones para los amantes del mundo craft y el DIY, totalmente recomendable). En las 3 horas de duración del curso, me sentí como en casa y salí de allí más relajada que después de un masaje thai a cuatro manos. Incluso conseguí quitarme de la cabeza la pegadiza canción del "Rascayú".
Ahora con la cancioncita metida en mi cabeza (lo siento si en las vuestras también), voy a entrar en materia...
El objetivo del curso era tallar nuestros propios sellos para poder utilizarlos en scrapbooking, en estampado de telas o... ¡en lo que se nos ocurra! Para ello, se necesita una serie de materiales incluidos en el curso (no os voy a engañar, una de las cosas que más me tentó al inscribirme, era poder llevarme este fantástico kit a mi casa)
Kit Print, ¿a qué es una monada? Y eso que está cerrado... |
Contenido el kit print |
Dentro de esa bolsita tan cuqui encontramos las gubias. Para los no iniciados, podríamos definirlas como los "cabezales" más o menos precisos que nos permiten ir dando forma a nuestro sello. El kit también incluye tintas (para papel y tela), un bloque de goma y unos dibujos de muestra para inspirar a los menos inspirados... (como yo).
Detalle de la gubia |
El taller era muy práctico y, tras las claras explicaciones de Merche, nos pusimos manos a la obra. Primero, formas sencillas. Luego, otras más complicadas.
Finalmente, terminé cuatro sellos que os muestro a continuación:
Estos son mis sellos |
Sobre el proceso, sólo os diré que es la actividad más relajante que he probado hasta ahora (a años luz de los amigurumis), a la vez que divertida y con un millón de posibilidades para todo tipo de personas. No os cuento más, porque os animo a probarlo y a que compartáis vuestra experiencia.
Por último, aquí tenéis el resultado en papel y tela:
Pruebas y ejemplos con mis sellitos |
No hace falta decir que después de este descubrimiento, acabé llevándome un bloque de goma para continuar practicando en casa ¡¡¡y los que caerán!!!
Próxima aventura... customizar mis propios paquetitos de "Y a mí, ¿qué gurumi?" con sellos creados por mí.
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